José Villavicencio, presidente de la UGTE, analizó la jornada de protestas contra el gobierno de Guillermo Lasso. “Lo que pasa en el país es producto de la falta de capacidad del Gobierno de atender las principales necesidades de los ecuatorianos”, asevera.
Según Villavicencio, “la lucha no cae en una sola persona como el Gobierno quiere hacer aparecer, en este caso Iza, la lucha viene de diversos sectores sociales”.
Denuncia el uso de 2 800 policías, entre ellos 1 351 de inteligencia. Se pregunta si son infiltrados para causar desmanes y acusar a los líderes de la protesta social.
Sostiene que la detención de Iza es ilegal. Advierte que “el Gobierno es quien primero no cumple la ley, hay militares en las calles cuando no estamos en estado de excepción”.
El dirigente sostiene que, el Gobierno, “en lugar de dar respuesta a los pedidos de la gente, reprime a los ecuatorianos”. “Ya tiene bajo la mano la Ley de uso legítimo de la fuerza, ponen más gasolina al fuego y no hay respuestas a las demandas”, manifiesta.
Villavicencio informa que es probable que los sindicatos de trabajadores adelanten las marchas que tenían previstas para los próximos días para sumarse al paro nacional indígena. Reconoce que tienen similitudes con los pedidos de la CONAIE. “El Gobierno debe resolver las necesidades de los ecuatorianos, se ensaña con un dirigente, quiere desviar la mirada del derecho y las justas demandas, quieren posicionar que pedimos el subsidio de la gasolina súper para carros de alta gama, quieren desviar la lucha. La violencia la genera el gobierno cuando no atiende las necesidades sociales”, insistió.
“Cómo nos gustaría que los 2 800 policías estén para combatir al narco y no al pueblo”, aspira Villavicencio. “Lasso debería ser coherente con la lucha del pueblo, hay doble moral, conforme actuaba Correa actúa Lasso, hay sectores y fuerzas oscuras que participan”, manifestó.
Según Villavicencio, el 2022 es año de lucha y resistencia. Advierte que los diálogos no pueden ser “solo para la foto”. Recalca que no hay acuerdos ni una nueva ley laboral”.
Convoca finalmente a un diálogo transparente y con respuestas.