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Tarquino Orellana, exsíndico municipal de Cuenca y exconcejal, rechaza la actitud centralista de los últimos gobiernos y del actual presidente, así también cuestiona la falta de acción por parte de autoridades locales.

Orellana dijo que el modelo centralista no permite una adecuada gestión ni desarrollo de las comunidades, mucho menos la integración de modelos de cogestión. 

Lamenta que los cantones tengan que pedir permiso a Quito y ser dependientes del Estado Central, “por eso se ubican en el mismo tono político del Gobierno, para así acceder a recursos”.

Advierte de la necesidad de un programa o proyectos que se sostengan más allá de la coyuntura política.

“El Estado es el obstáculo de la planificación”, dijo finalmente.