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Eloy Alfaro

Antropólogo

El antropólogo Eloy Alfaro, miembro del Colectivo Hijos de Mayo, opinó sobre la detención de Leonidas Iza y las posibles negociaciones para frenar el paro nacional. “Será difícil, un levantamiento nacional se convocó después de la detención de Iza, pero los mandamientos de la CONAIE no responden a todas las necesidades del país, van surgiendo diversos sectores con sus propias demandas”, comenta.


Considera que Iza es la voz de un colectivo y cuestiona que el gobierno excluya a un movimiento al que debe reconocer. “Si apresa a la voz se radicaliza la movilización y avanza a un levantamiento, eso significa mucho, se cambia la actitud”, indicó. 

Para Alfaro esa era la “gota de combustible que se requería para una hoguera”.  Según el antropólogo no entienden cómo funciona el movimiento social ecuatoriano, hay autoconvocatorias que no se detienen apresando a una persona, el Gobierno debe entender que la única forma de detener la movilización es dando respuestas claras. 

Sostiene que el desgaste está en el Gobierno, “se refugia en Guayaquil, dice que está abierto al diálogo, pero criminaliza y hay abuso policial”, asevera.

“Hay que echarle un ojo a la convocatoria de la CONAIE para que unifique las demás demandas sociales y dialogar con el gobierno en representación de todas ellas”, sugiere.

El Gobierno deberá reconocer sus errores, muestra de ellos son las ruedas de prensa en las que el ministro del Interior menciona a los guevaristas, al narco, a la CONAIE; según el analista “lo mezcla todo, ponen a todos en el mismo saco y eso no es dialogar, si quiere dialogar puede empezar sacando a estos ministros”, manifiesta. 

Opina que Iza goza de legitimidad, mientras el gobierno la pierde. “Gente infiltrada de la policía causó daños a bienes, ellos mismos quemaron un patrullero, es un hecho reconocido por la

Fiscalía a través de un comunicado. Se trata de un agente infiltrado para justificar la represión y que haya detenidos”, indicó. 

Prevé que la próxima semana puede empezar un nuevo proceso de acercamientos entre las organizaciones sociales.  

Finalmente, se refirió al movimiento guevarista como una organización política que trabaja con colectivos rurales, siguiendo la línea de Leónidas Proaño; sin embargo, hay integrantes que han sido detenidos: campesinos, albañiles, vendedores ambulantes, que no son un peligro para la nación”.

Además, recalca que no hay la posibilidad de que el guevarismo se convierta en un movimiento subversivo. “Plantea la justicia social como un derecho, eso iría en contra de sus principios. Desde esta organización se dicen las cosas claras y directas y eso molesta a los grandes poderes”, afirmó.