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Soc. Dolores Padilla

Integrante de la Fundación ESQUEL

La socióloga Dolores Padilla, integrante de la Fundación Esquel, mira con gran satisfacción el primer diálogo de la CONAIE con los poderes del Estado. “Estábamos pendientes, no se pude permitir que en vez de un diálogo reine la violencia, porque eso nos afecta como ecuatorianos”, dice. No obstante, reconoce que el diálogo no es fácil, “nos cuesta reconocer una sociedad pluricultural”, comenta. 


“Luego de quince días de agotamiento, de esfuerzo, de ejercicio permanente de abandonar sus territorios, trasladarse a Quito, sufrir maltrato, dificultades por el frío, dormir en veredas, la situación de la población indígena que viene a Quito es enfrentar condiciones precarias que afectan su salud, sus condiciones de vida”, asevera.

Insiste en que dialogar no es fácil. “Se debe comprender que el otro es diferente, que no está de acuerdo; se debe aprender a escuchar para entender al otro y encontrar cosas en común que nos una”, explica.

Para Padilla, “hemos llegado a esto porque durante años y siglos ha existido una sociedad clasista, inequitativa entre pobres y ricos, entre etnias, hay un profundo fraccionamiento y no encontramos mecanismos para entendernos y valorar lo del otro”. 

Deseaba éxito en el diálogo emprendido entre el movimiento indígena y los poderes del Estado. “Se han acumulado respuestas efectivas, por eso se dan manifestaciones que son justas, nos queda trabajar en sociedad”,  indicó. 

Lo que pasa en el país, según Padilla es producto de una precaria democracia. “No hay institución que sobresalga por su transparencia, honradez en la gestión, hay problemas en el CNE, en el Consejo de Participación Ciudadana…”, cuestionó. 

Recalca que debemos replantearnos cómo fortalecer la formación ciudadana e institucionalidad, “sino seguiremos de conflicto en conflicto”, aseveró. 

Sugiere que hay que escucharle al movimiento indígena.  “Debemos entender que el país es pluricultural, debemos encontrar un espacio común, luchar para que sea equitativo, respetuoso de derechos, genere trabajo y bienestar, ese es el sueño de los ecuatorianos, luchar por un país más justo y es posible si aceptamos que convivimos con quien piensa de forma diferente”, explicó. 

Está consciente de que “debemos cambiar la gestión política del Gobierno, debe tomar decisiones oportunas y firmes, eso es lo que necesitan los ecuatorianos”, manifestó. 

“No queremos agudizar la desestabilización, no podemos seguir en desconfianza en un país que se mueve en medio de la nostalgia por no lograr una sociedad equitativa, el país no tiene una ilusión que confronte sus necesidades con sueños”, manifestó. 

“La democracia no es solo institucionalidad sino ciudadanía, hay mucho por hacer”, reflexionó finalemente.