El cuencano Jacinto Cordero, visitador médico, compartió una terrible experiencia que tuvo que vivir cuando fue acusado de narcotráfico en un viaje a Turquía. Su maleta fue cambiada y estuvo detenido en ese país por cuatro semanas.
En un viaje realizado por cuestiones laborales, tras salir el 22 de septiembre de la ciudad de Guayaquil para dirigirse a Estambul, con una escala en Madrid, al final de la ruta, su maleta no le fue entregada, por lo que hizo el reclamo correspondiente.
“Llevé una maleta de mano con cosas personales y otra envié por carga con mi ropa y espacio para traer algún recuerdo”, comentó. Sin embargo, al momento del registro se presentó un primer inconveniente, a diferencia del resto de personas que viajaban con él, no se le entregó los tickets completos. “Me dijeron que era un problema del sistema y que me los entregarían en Madrid sin problema”, contó.
Tras llegar a Madrid, ejecutó el trámite correspondiente para obtener el boleto tal y como se lo había indicado. Tras una hora, le hicieron la entrega correspondiente para poder continuar con el viaje.
Al llegar a Estambul, esperó como siempre en las bandas de entrega de equipaje, pero su maleta no llegó. Procedió con el reclamo correspondiente, y entregó las características de su maleta.
Se trasladaron al hotel y salió a comprar algunas prendas porque no tenía ropa para cambiarse. La guía del grupo estuvo a cargo del trámite para recuperar la maleta.
Pasadas las horas recibió una llamada en la que se le confirmaba que le entregarían su maleta en el hotel y que debía estar presente a las 20:00. Efectivamente fue lo que hizo. A esa hora una persona le esperaba en el vestíbulo con una maleta, pero no era la de él, su diseño y características eran diferentes, por lo que, pese a la insistencia se negó a recibirla, aunque esta tenía su nombre.
En ese momento dos sujetos más lo tomaron por la fuerza y lo obligaron a entrar en el ascensor para dirigirse a la habitación del hotel en la que estaba hospedado. Se trataba de agentes que removieron todo, lo maltrataron, lo golpearon, puñetes y patadas, y le exigían que se declare culpable. Se encontraba totalmente desconcertado ante lo que pasaba, al no compartir el idioma todo era mucho más confuso, porque no entendía lo que le decían.
A la final le llevaron detenido. En la maleta cambiada habría droga, 12 kilos.
“Intentaba explicar que reclamé una maleta y me llegó una mochila grande, no era mi maleta. Me pusieron esposas y en una celda”, detalló.
Más tarde llegó un intérprete, quien le explicó que lo estaban acusando de tráfico de drogas, un delito que en Turquía puede ser sancionado con una pena de entre 25 y 30 años.
Al parecer, el cambio de maleta lo hicieron en Guayaquil. “Pudimos presentar fotos en las que estoy registrando la maleta original y otras que nos tomamos con el grupo, en las que se puede verificar qué tipo de maleta portaba. También videos del aeropuerto de Guayaquil en los que se me ve con mi maleta”, indicó.
“Estuve en prisión. Fue horroroso. La situación de insalubridad y de hacinamiento era terrible. Y la falta del idioma me perjudicaba: si cruzaba los brazos, me golpeaban; si cruzaba las piernas, me golpeaban; no podía entender nada”, denunció.
“La intervención de la Embajada de Ecuador en Estambul fue muy importante, debo agradecer profundamente su apoyo, ellos asumieron el caso y me ayudaron”, relató.
Afortunadamente todo estuvo a su favor, levantaron los cargos y obtuvo su libertad después de cuatro semanas. “Pensé que había llegado al final de mi vida. La libertad es lo más preciado que tenemos las personas”, dijo.
Finalmente recomendó viajar solo con una maleta de mano. “Es urgente que las compañías y el Gobierno tengan una mejor defensa y seguridades para el consumidor. Nuestra vida está en sus manos, las compañías deben una repuesta sobre la seguridad de las personas, de su equipaje”, exigió.
“Soy una persona bendecida tras superar estos problemas”, aseveró.