El investigador de la Universidad de Cuenca, Daniel Orellana, opina que el proyecto Tranvía en la ciudad de Cuenca “fue mal implementado”, sin embargo, sugiere que “sería peor que después de todo lo que se ha hecho, el proyecto se caiga”.
A su criterio, la apuesta a futuro está en el transporte público, uno que garantice que las personas tangan seguridad de llegar a su destino, que esté al alcance de todos y sea viable; si bien, según Orellana, el Tranvía cumple con esta expectativa hay una serie de incógnitas, se ha concebido como un proyecto aislado, recomendó su integración y que sea inclusivo.
“No más del 35% de lo cuencanos se mueve en automóvil, el resto se mueve en transporte público, usa bicicleta o camina”, informa. Observa una elevada inequidad social frente al tipo de movilidad, “las familias de más ingresos tienen para mantener un vehículo, mientras la mayoría no”.
El experto hace un llamado a invertir en otras formas de movilidad, “la movilidad debe cambiar”, insiste.
Cuestiona las dificultades que enfrentan los usuarios de bicicleta, especialmente en temas de seguridad.
Sobre la implementación de ciclovías, considera que es “normal” que la gente se oponga a los cambios, pues, “si antes iba a más de 50 km me va a molestar tener que circular a menor velocidad, no obstante, hay lugares donde necesitamos ciclovías”, es urgente un cambio de actitud hacia otras formas de movilidad.
“Cuenca es la ciudad que más ha crecido en número de vehículos, así no hay manera de que la ciudad funcione”, señaló que tomarán acciones, pero también se requiere un cambio global.