Daniel Orellana, investigador, profesor universitario, analizó los índices de vacunación contra la COVID-19 y la reactivación de actividades, entre ellas el retorno progresivo a las aulas de clase.
Aunque los datos son alentadores y permiten, con todas las medidas de bioseguridad y distanciamiento, relajar algunas medidas, es necesario tener cuenta la posibilidad de rebrotes como ya ha ocurrido en otros países; de ahí la necesidad de aplicar la ciencia y el conocimiento en favor de la vida y el cuidado.
Insistió que el contagio de COVID-19 es por vía aérea, a través de las superficies es casi nulo, por lo que mantener los lugares ventilados es fundamental; en los hogares, en las escuelas y muy especialmente en el transporte público que es uno de los espacios de alto riesgo.
Reconoció que el transporte público es una preocupación, es el principal medio de movilidad de los cuencanos, otras opciones como caminar o ir en bicicleta son mínimos. En este contexto, exhorta a las autoridades a tomar decisiones al respecto.
A criterio de Orellana, la ciudad no puede quedarse atrás y debe avanzar en sistemas de movilidad activa, en este sentido, Cuenca tiene un retraso de 6 u 8 años.
Indicó que el uso de la bicicleta ha tenido un incremento importante en los últimos tiempos; a propósito de la pandemia ha subido de un 2% al 8%, porcentajes que podrán mejorar con la implementación de las ciclovías que construye la Municipalidad. “La ciudad debe dar garantías para que, por ejemplo, los estudiantes, puedan moverse en bicicleta” dice Orellana.
Sobre el retorno a la semipresencialidad en la Universidad de Cuenca, Orellana dio detalles de la modalidad híbrida con la que empezarán las clases el 27 de septiembre con los estudiantes desde el segundo ciclo. La virtualidad o presencialidad se determinarán acorde a las necesidades del aprendizaje de cada carrera y ciclo, cuya información será remitida a los estudiantes vía correo electrónico.
También, en su intervención, explicó algunos ensayos científicos y acciones, así como el uso de herramientas que permitirán identificar las condiciones del ambiente en las aulas para contribuir de esa manera a la prevención de contagios en la universidad.