Daniel Orellana, profesor e investigador de la Universidad de Cuenca, brindó detalles de las actividades realizadas durante el Día Mundial Sin Auto y las iniciativas que han presentado en temas de movilidad. "Hemos tenido convenios, universidades harán estudios de movilidad, lo que se viene es prometedor”, señaló.
Informó sobre la promoción de un centro de investigaciones para, junto a la academia, brindar soluciones para mejorar la movilidad. Enfatizó que personas que usan el automóvil enfrentan enfermedades como el estrés, mientras que, personas que se transportan en bus o bicicleta pueden ser sujetos de efectos causados por la elevada demanda de tráfico.
El experto hace un llamado a ver la potencialidad que tiene la ciudad y los beneficios de caminar o usar el transporte público. Incluso, para Orellana, caminar o movilizarse en bicicleta brinda mayores oportunidades para la economía local.
Entre algunos datos, compartió que un 60% de la población de Cuenca usa de manera prioritaria el transporte público y va a preferir habitar dentro de la urbe. “Si el centro fuera más habitable, ahorraríamos mucho dando un alivio a las familias”, comenta.
Lamenta las pésimas condiciones que tienen que enfrentar las personas que caminan en la ciudad. No es extraño encontrarse hasta con tres objetos que obstaculizan el paso, cuando deberíamos tener veredas libres y en buenas condiciones.
Las personas que usan el vehículo particular de manera prioritaria, desconocen las dificultades que enfrentan las personas que se mueven en bicicleta.
Sobre el transporte público, dijo que entre las principales preocupaciones está la frecuencia de los buses y la seguridad. Califica de grave que en ciertas calles circulan hasta 12 líneas de bus, “hay sobrecarga de rutas, se debe analizar este tema, porque en otras zonas hay una carencia de unidades”.
Fue enfático al advertir que las unidades de transporte particular son altamente contaminantes, el 80% de gases vienen del transporte privado. Recomienda, además, que el transporte público migre a la electromovilidad.
En su salida final ve de manera optimista que Cuenca pueda ser un ejemplo de transición hacia la movilidad sostenible.